Sabotaje a gasoductos Nord Stream 1 y 2. El tiro de gracia a Alemania. Aparecen indicios.
Varios hechos han coincidido en pocas horas: las explosiones en los dos gasoductos que unen a Rusia con Alemania, el Nord Stream 1 y el Nord Stream 2; la inauguración del Baltic Pipe, el gasoducto que une a Polonia y Noruega, la advertencia previa de la OTAN y la UE de que la anexión ilegal de territorio ucraniano por parte de Rusia eleva el riesgo nuclear; y el anuncio inmediato de la Casa Blanca tras las explosiones, de que EEUU está listo para apoyar a Europa. “Obviamente muchos países occidentales han tomado partido –en este y en otros conflictos– fundamentalmente por aquel que se va a beneficiar, y así lo demuestra el mensaje de la Casa Blanca. Más claro, agua”, señala el Dr. en Sociología Sergio Fernández Riquelme. El analista incide en que “tanto a nivel cuantitativo, como a nivel cualitativo, estamos viendo indicios de que todos estos problemas que estamos viviendo no son algo casual, sino que tienen algo mucho más profundo y razonado. Todos los expertos lo han indicado: EEUU ha sido el gran beneficiado de esta guerra energética al calor del conflicto de Ucrania: se ha convertido en el principal exportador de gas licuado, está ‘haciendo caja’ con recursos energéticos variados, desde el petróleo, hasta las tierras raras, aprovechando la ruptura de esa ligazón tradicional energética de Europa, especialmente de Alemania con Rusia. Cortando ese lazo con Rusia y echándose a los brazos de EEUU, Alemania no va a salvar la vida y negocios de muchísimos ciudadanos. El efecto dominó va a ser bastante evidente. Ojalá no sea así por el bien de la clase trabajadora”, concluye Fernández Riquelme.
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